

*Imágenes: Alfredo Arévalo Plaza 1
La primera corrida de rejones de San Isidro 2025 no defraudó. Con lleno en los tendidos, Diego Ventura, Rui Fernandes y Lea Vicens se repartieron una oreja por coleta en una tarde con pasajes brillantes, entrega de los jinetes y una afición madrileña entregada.
Madrid, Plaza de Toros de Las Ventas Sábado, 17 de mayo de 2025 Octava de abono de la Feria de San Isidro. Corrida de rejones. Lleno de “No hay billetes” (22.964 espectadores). Tarde templada y sin viento.
Toros de El Capea (2º, 4º, 5º y 6º) y San Pelayo (1º y 3º). Conjuntamente, corrida de buena presentación y comportamiento variado:1º, colaborador y con ritmo.2º, bravo, noble y enclasado.3º, justo de motor y recorrido.4º, de menor transmisión.5º, bravo, con clase y repetición.6º, noble y con recorrido aceptable.
(casaca hueso): Ovación y oreja.
(chaquetilla grana): Ovación tras leve petición y oreja.
(chaquetilla plomo): Silencio tras aviso y oreja.
Imágenes: Alfredo Arévalo Plaza 1
Periodista taurino




En la octava tarde del abono venteño, la Monumental acogió la primera cita del toreo a caballo con un ambiente de gala. Las expectativas eran altas y los tres rejoneadores anunciados respondieron con creces, cada uno en su estilo, en una corrida en la que se lidiaron ejemplares de El Capea y San Pelayo, de juego desigual pero en su mayoría colaborador.
Diego Ventura, que llegaba mermado físicamente, ofreció una auténtica lección de rejoneo en el quinto de la tarde. A lomos de Fabuloso, toreó con ritmo y precisión, citando a dos pistas y galopando con profundidad. Con Quitasueño elevó aún más el tono de la faena en terrenos mínimos, y remató con Brillante, desatando la ovación del público tras clavar tres banderillas cortas al violín. Un rejón de muerte efectivo, acompañado de un golpe certero de descabello, le permitió cortar una oreja de peso.
Antes, en su primero, Ventura dejó destellos pero falló el rejón final tras una actuación templada.
Rui Fernandes destacó especialmente en el cuarto, al que lidió con maestría montando a H-Quiebro, con el que clavó en lo alto tras citar de largo. La actuación creció con Mistral, que brilló en las piruetas ajustadas, muy cerca del toro. Fue una faena de entrega y oficio, que culminó con un rejón certero que le valió una oreja. En su primer toro, dejó una actuación correcta que fue saludada con ovación tras una lidia sobria.
Lea Vicens, por su parte, firmó sus mejores pasajes en el que cerraba plaza. Comenzó recibiendo al de El Capea con Cleopatra, conectando de inmediato. Luego llegaron tres buenas banderillas montando a Bético, toreando con temple y ligazón. Con Joker se lució galopando de costado y remató la obra con dos rosas a lomos de Fermín. Tras dejar el rejón de muerte en buen sitio, paseó la oreja entre los aplausos del público. En su primero, una actuación desigual y la falta de contundencia con el rejón de muerte la dejaron sin premio.
El festejo dejó la sensación de que el rejoneo sigue teniendo un hueco de honor en la feria madrileña, y que los tres actuantes saben cómo conectar con Las Ventas. Ventura, incluso en inferioridad física, volvió a mostrarse como una figura total. Fernandes y Vicens también dejaron argumentos sólidos. El rejoneo sigue vivo, y Madrid lo reconoce.
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