Reseña Madrid – 2 octubre 2025

La Feria de Otoño echó a andar este jueves en Las Ventas con una novillada de Antonio López Gibaja que no terminó de romper. Entre la falta de raza del encierro, fueron los jóvenes toreros quienes pusieron el interés, especialmente Emiliano Osornio, que firmó los pasajes más destacados de la tarde, y Sergio Sánchez, que también saludó ovación tras su entrega de inicio.

El mexicano, que volvía a Madrid, mostró una personalidad asentada y un concepto clásico que caló en los tendidos. Con el quinto, de bonitas hechuras, se vio la mejor versión de su tauromaquia: un capote templado y variado en los lances iniciales, y después una faena de muleta en la que supo tirar del novillo con suavidad y mano baja. Hubo hondura y naturalidad en las series por la derecha, transmitiendo madurez y serenidad. La espada, bien ejecutada, le permitió recoger una ovación de reconocimiento.

Ya antes, con el segundo, supo aprovechar los pocos recursos del animal, al que fue sobando con paciencia hasta sacarle lo poco que tenía dentro. La labor, sin embargo, fue perdiendo intensidad a medida que el novillo se apagaba.

Sergio Sánchez, por su parte, se fue a los medios de rodillas para abrir faena al primero con un cambiado por la espalda que puso a la plaza en ambiente. El novillo, noble y con cierta movilidad, permitió al extremeño hilvanar tandas de buen trazo. Sin embargo, la faena, pese a las ganas, no llegó a romper del todo. Cerró con manoletinas y una estocada que le valió la ovación del público. Su segundo, mucho más deslucido, apenas ofreció posibilidades.

El tercer espada, Ignacio Candelas, cargó con el lote más ingrato y quedó prácticamente inédito, siendo silenciado en ambas comparecencias.

La tarde se desarrolló en un ambiente de expectación propia de los primeros compases de la Feria, con más de 14.000 espectadores en los tendidos, pero el ganado, falto de clase y transmisión, condicionó el resultado global del festejo.