Reseña Madrid – 20 abril 2025

Juan Leal impone su raza y da una vuelta al ruedo en el Domingo de Resurrección

*Imágenes: Alfredo Arévalo Plaza 1

La tradicional corrida del Domingo de Resurrección en Las Ventas tuvo como protagonistas a los toros de Palha: serios, encastados y poco dados al lucimiento. En este exigente contexto, Juan Leal se alzó como el nombre de la tarde gracias a su entrega absoluta, su capacidad de conectar con los tendidos y su temerario concepto del toreo. La autoridad negó la oreja tras su segunda faena, pero el público reconoció su esfuerzo con una clamorosa vuelta al ruedo. Rafaelillo y Francisco de Manuel se marcharon de vacío tras firmar actuaciones discretas y sin eco en los tendidos.

El francés Juan Leal fue el único en romper la monotonía de una tarde cuesta arriba en la primera plaza del mundo. Se topó con un lote áspero y de embestidas exigentes, pero no se amilanó. Al primero, un toro de embestida incierta pero con movilidad, lo lidió con buen criterio desde el capote. Con la muleta lo trató con mimo y sometimiento, bajándole la mano en naturales templados. La estocada, trasera y algo desprendida, precedió a una ovación que obligó a saludar.

Pero fue en el quinto donde Leal encendió definitivamente la plaza. Lo recibió a portagayola, siendo volteado de fea manera tras una larga carrera que terminó en tablas. Sin mirarse la taleguilla, volvió a la cara del toro con entereza. El de Palha, reservón y con genio, fue exigido en tres encuentros con el caballo. Con la muleta, Leal cimentó su faena sobre el valor y la cercanía. A base de exposición y firmeza, arrancó muletazos de mucho mérito. Fue de nuevo volteado al entrar a matar, esta vez de forma aparatosa por la hombrera. Se repuso con rapidez y dejó una gran estocada de efecto fulminante. El público pidió con fuerza la oreja, pero el palco no atendió la petición. El torero, visiblemente contrariado, dio una vuelta al ruedo muy celebrada.

Rafaelillo tuvo un primero de más clase que entrega, con el que dejó algunos muletazos por el derecho de buen trazo. El cuarto, sin raza ni opciones, le hizo acortar faena. Fue silenciado en ambos.

Francisco de Manuel se topó con un tercero sin transmisión que fue apagándose, y un sexto peligroso y a la defensiva que nunca se entregó. El madrileño no logró acoplarse ni dejar sello en ninguna de sus dos faenas.

La corrida, en conjunto, resultó dura para los toreros. Palha trajo emoción por la seriedad y el peligro latente de sus toros, aunque escaseó el lucimiento. La afición, exigente como siempre, supo valorar el esfuerzo de quien lo dio todo en la arena.

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